28 de marzo de 2012
Y todavía no se va....
Me enoja el estado en el que me pones, ése estado que no puedo controlar.
Eres como una contradicción porque siempre estás, pero hay veces en las que llegas [de verdad] tan hermosamente puntual a sonreirme, a sacar de mi mente tantas ideas, como si alimentaras mi cerebro.
Llegas con una frescura muy rara, citando a un perro con el que hablaste camino a tu casa y me dices:
¡Tu puedes! me lo dices como su hubieras sido iluminado por alguna deidad rara. Y es que brillas con tanta sinceridad [también rara].
Me enoja que en ocasiones te preocupes tanto, como si fuera frágil y me enoja porque sabes que es verdad, conoces mi fragilidad pero me quiero mostrar fuerte, hay veces que hasta yo me la creo y salgo ganando. Y lo que nadie sabe es que he logrado disminuir mi vulnerabilidad gracias a ti.
Me enoja que estés tan ausente y tan presente y que no lo pueda entender, no lo podría explicar con Freud o con Fromm, mucho menos con Teoría de Sistemas. Aunque alguien experto en estos temas tratara de desmenuzar 'esto', lo definiera y limitara tan correctamente no podría entenderlo..
Y si algún día llegara a conocer y comprender 'esto' ... La verdad nosé que haría, porque probablemente sería feliz y nosé que haría yo solita con tanta felicidad.
Hay algo dentro de mi que me recuerda todos los días que el cielo es azul y que el café es lo más rico que hay. También me dice lo obvio: 'Él no aceptará tu felicidad compartida.
Tú no la querrás.
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